Viajes

Vacaciones en Menorca

Este mes de junio he tenido el blog un poco abandonado, pero ha sido por una buena razón: he estado de vacaciones una semanita en Menorca, y aunque me llevé el portatil para poder escribir algo desde allí, llegaba tan cansada al hotel después pasar el día en aquellas playas tan espectaculares que directamente me iba a dormir. Así que en cuanto he llegado, he deshecho las enormes maletas (de lo cual la mitad de la ropa no he utilizado, a ver si aprendo para otro año :S) y he puesto las mil lavadoras correspondientes, me apetecía contaros un poco los sitios que he visitado y lo que más me ha gustado del viaje en sí.

Comienzo diciendo que jamás de los jamases volveré a coger un avión a las 06:20 de la mañana, mucho menos teniendo que facturar y estar en el aeropuesto 2h antes. Pensaba que así llegaría antes a la Isla y podría empezar a disfrutar, pero lo único que disfruté fue la siesta de 3h que me pegué.

Día 23 de junio, Sábado de llegada: Nada más salir del aeropuerto y que vinieran a recogernos la familia, nos llevaron directa a la cala de Binibequer y nos prepararon un almuerzo consistente en ensaimadas menorquinas (bueniiisimas, las hay de chocolate, crema y cabello de angel, pero me quedo con esta última). Esta calita es una auténtica pasada, aguas transparentes y muchísimos peces y erizos que observar. La foto noña es porque justo este día, el 23/06 era nuestro aniversario de boda (6 preciosos añazos ya) y el lugar invitaba al noñerismo. Lo dicho, una calita preciosa a la que volvimos varias veces ya porque está en punta prima, a 5min de nuestro hotel.

Cuando llegamos al hotel y dormí mis preciadas y escasas 3h, nos fuimos a celebrar nuestro aniversario paseando por el puerto de Mahón y luego cenando en un sitio precioso y que recomiendo si vais por allí.

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Estan eras las vistas desde donde estuvimos cenando

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El sitio en cuestión se llama Café mares, y tanto la decoración, como las vistas son simplemente apoteósicas. Para llegar hasta él había que subir bastantes escaleras, pero las vistas valían la pena.

La comida también estaba buenísima y aunque no eran platos demasiado grandes, si que eran diferentes a lo demás, con un estilo gourmet que pa mi se queda. De precio no diremos que era barato, pero para una ocasión especial, a nosotros nos valió la pena.

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Día 24: Después de haber descansado lo que mi cuerpo aun necesitaba, fuimos a cala blanca, en la otra punta de la isla, pero era una cala pequeña a la par que increible.

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Aguas completamente cristalinas, aunque veais las rocas «cerca» en realidad estaban a varios metros. De hecho, había unas piedras con una altura considerable detrás de donde está hecha la foto donde la gente se tiraba (incluida myself) y parecía que te ibas a estampar contra las piedras, pero que va. Había incluso sitios más altos, como desde la altura desde donde está hecha la foto donde yo no me atreví a tirarme, pero los había más aventureros que sí. Otra cala de obligada visita si visitas la Isla.

Lo que ya no nos gustó tanto fue la famosa fiesta de Caballos que hacen en la vecina ciudad de Ciudadela. Es verdad que como auténticos turistas que sabíamos los justo y necesario, fuimos a las 7 de la tarde a ver si había suerte de ver algo pero ayy de nosotros. Resulta que por el pueblo sí que pudimos ver desfilar a los elegantes caballos con sus correspondientes jinetes, con unos adornos preciosos, pero cuando llegamos a la zona del puerto que es donde los caballos hacían los juegos y donde estaba lo bonito de ver, nos dimos cuenta de que estaba COMPLETAMENTE MASIFICADO. Hay dos opciones para verlo, o en la parte baja donde hay gente amontonada por doquier y que como no seas un gigante de más de dos metros no ves absolutamente nada por la cantidad desorbitante de gente, o la segunda opción que es en la parte de arriba, donde hay menos gente pero que si quieres ver algo, debes estar cogiendo sitio desde las 16:00 de la tarde :|Así que en cuanto fuimos y vimos que no ibamos a ver nada, nos fuimos tal cual y con un poco de decepción. Así que como tip, si os interesa verlo, debeis en primer lugar coger un taxi o bus (NADA de coches, está todo cortado) y estar allí varias horas antes al sol de plan, o llevarte sombrilla y bocadillo. Eso sí, todos los afortunados que han tenido la suerte de verlo opinan que es un espectáculo increible y que merece la pena en absoluto.

Días 25 y 26: Estos días los aprovechamos para disfrutar un poco el hotel, que por cierto era el Occidental menorca, que está bastante bien. Eso sí, reservar con muuuucho tiempo de antelación y si sois socios de Barceló hacen un descuento considerable. También fuimos por la playa de punta prima y volvimos a Benibequer, a seguir buscando erizos y especies marinas nuevas.

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La calidad de mi cámara acuatica no es de lo mejor, pero se puede apreciar lo bien que se veía todo. Añado además el total acierto de comprar esta máscara del Decathlon, es una maravilla para mirar debajo de agua, no te entra agua ni se empaña así que nosotros le sacamos mucho rendimiento. Vale 24,99€ y para este tipo de agua transparente es de lo mejorcito.

Día 27: Este día fue el mejor de todos sin duda. Alquilamos un barquito para pasar el día, donde no sólo comimos de lo mejorcito de mano del mejor patrón de barco y cocinero, si no que fuimos por lugares increibles. Aun espero que me pasen todas las fotos, pero perfectamente puede ser para el año que viene, así que aquí traigo una pequeña muestra:

No sabría decir por todos los sitios que fuimos, ni a las cuevas que entramos pero ya podéis ver que es una auténtica maravilla. Tenía un solarium donde tomar el sol, aunque el capitán me repitió como 5 veces a mi sola que me pusiera crema, para que os hagais una idea de mi color de piel blanco resplandeciente. Además pudimos usar unas tablas para hacer paddle Surf (creo que se llama) y coger los kayak para meternos por cuevas y bucear por lugares casi alejados de los seres humanos. Por aquí pudimos ver medusas, a las que temo como la que más pero entre el agua cristalina que las podías ver de lejos, y lo preciosas que son (vimos de dos tipos, unas moradas con tentáculos y otras sin tentáculos con unas especies de manchas), muchísimos bancos de peces y alguna que otra raya. Alquilar un barco de este tipo no es en absoluto barato, pero fue una EXPERIENCIA INOLVIDABLE y la disfruté como la niña pequeña que llevo dentro.

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Aunque otro pequeño consejo es que, si teneis la más mínima creencia de que podais marearos, tomaros biodramina al menos un par de horas antes. Yo me creía muy valiente sin tomarme nada y me puse malísima hasta que me hizo efecto.

Día 28: Cala Galdana y Cueva de Xoroi. De cala Galdana no voy a decir nada, simplemente mirar la foto que hice desde el mirador y flipareis tanto como yo.

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Eso sí, si queréis hospedaros en el hotel Melia (el de la derecha) id preparando los más de 5.000 pavos que te pueden sangrar por una semana en regimen media pensión.

En cuanto a las Cuevas, son increibles, ofrecen una vista del mar que hacen que te plantees tu propia existencia e insignificancia al ver la magnitud del vasto océano.

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¿Y qué decís de la puesta de sol?

Para entrar aquí tienes varias opciones, nosotros elegimos la «sunset» que costaba 14€ e incluía una consumición y música en directo. No recuerdo el grupo que tocó pero lo hacía genial y el ambiente era estupendo. Luego había otra opción a partir de las 11 de la noche, que era una discoteca dentro de las mismas cuevas y que salí a unos 25 pavos por persona.

Día 29: Aquí tocó visitar el supermercado Binipreu a cargarnos de ensaimadas y queso típico de Mahón (boca agua, tal cual). Es un sitio que recomiendo para comprarlas, porque salen mucho más económicas que en cualquier sitio y para mi sorpresa, te dejan pasarlas en el aeropuerto en una bolsa sin mas. La tarde decidí tomármela de relax y hacer una de las cosas que más me gusta hacer, leer como si no hubiera mañana.

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Para la ocasión me llevé un libro de bolsillo…..«Una columna de fuego» la tercera continuación de los pilares de la tierra y que con sus mil y pico páginas, sólo pesa 1,4kg.

Me gusta mucho lo que llevo leído, pero definitivamente no es el mejor libro para llevar de viaje, o eso opina mi espalda cuando lo iba llevando a cuestas.

Aunque la sensación de leerlo en la hamaca, en contacto pleno con la naturaleza (y de los mosquitos que me masacraron viva) fue una experiencia que disfruté como nadie.

Y ya está, este fue el último día de mis vacaciones, en una isla maravillosa, a la que volvería sin dudar alguna. Sé que no hemos visitado todos los sitios que ofrece, como cala Turqueta que me quedé con ganas de ver, pero ha sido una semana que hemos aprovechado a tope con la familia y amigos y con eso me quedo (y la ensaimada a la que estoy deseando meter mano ya muajaja). Soy consciente de que he escrito más de la cuenta, pero esto también me sirve a modo de terapia en la depresión post-vacacional 🙂

2 comentarios sobre “Vacaciones en Menorca

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